Patatas Catalán: de negocio de postguerra a referente del sector

ᐅ Patatas Catalán: de negocio de postguerra a referente del sector
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En Patatas Catalán tienen la «mejor patata de freír del mercado«. Detrás de este llamativo eslogan, hay razones de peso que sustentan la afirmación. Y es que este negocio familiar de tercera generación ha apostado por la producción y distribución de la patata agria, una variedad que llegó a España en los años 80 y que tiene unas características únicas con respecto a otras variedades. Está disponible en formatos de 5 y 10kg con una caja especial para su conservación.

Gracias a su buen hacer, se han convertido en un gigante del sector con una producción de 120.000 toneladas anuales.  Para llegar hasta tales cifras, el camino ha sido largo y lleno de obstáculos que han ido sorteando hasta colocar a este alimento venido del Nuevo Mundo en una posición privilegiada en el mercado.


Para hablar sobre Patatas Catalán hay que remontarse a finales de los años 30, cuando Cosme Catalán abrió en Medinacelli –localidad soriana con un gran legado histórico detrás–, una pequeña tienda de productos locales perecederos de todo tipo. Trataba directamente con los agricultores de la zona, quienes le proporcionaban, entre otras cosas, patatas.

La evolución de un negocio de postguerra

Tras la Guerra Civil, en un periodo dominado por la escasez y hastío, Cosme hacía viajes recurrentes a Valencia para intercambiar sus patatas por fruta y verdura de Levante. En un contexto en el que el trueque era la moneda de cambio habitual en muchas transacciones rutinarias, ese pequeño negocio de subsistencia sentaría las bases y sobre todo, la identidad, para que varias generaciones después la marca se haya convertido en toda una referencia en el mercado.

mejor patata

El negocio pasó a manos de los 4 hijos de Cosme, que lo llevaron a sus respectivos lugares de residencia abriendo así 4 «sucursales» Catalán.  Finalmente, la ambición y las ganas de crecer, les llevó a trasladarse a Madrid en los años 70 y constituir una sociedad.

Sin perder su identidad, decidieron trabajar para un empresario dedicado al sector de la patata en el barrio de Legazpi que acabaría por dejarles el negocio tras su jubilación. Poco tardaron en hacerlo crecer exponencialmente con el paso del tiempo como demuestra el puesto fijo que consiguieron en Mercamadrid o la compra de un almacén en Getafe en 1988.

Una producción de 120.000 toneladas de patatas

En la actualidad Patatas Catalán está dirigida por Vicente (director comercial), Carlos (director logístico) y Cosme (director financiero), lo que supone ya la tercera generación de una marca que se ha convertido en una de las líderes nacionales del sector con distintas líneas de negocio muy bien definidas. Se ocupan de todo el proceso, desde la producción de la patata gracias al contacto continuo con agricultores (de Murcia, Andalucía y Castilla y León) hasta el control de la logística y de la calidad del producto desde sus almacenes de Getafe.

Cosme traslada las palabras a números detallando que al año «Patatas Catalán tiene una producción de 45.000 toneladas de patatas». Eso sí, al contar el grueso total del grupo de empresas que hay detrás de Patatas Catalán, la cifra aumentaría hasta las 120.000 toneladas, que incluye las exportaciones fuera de España. Para que todo funcione, hay 6 almacenes y unos 50 empleados en plantilla dado el volumen creciente de trabajo. Un ejemplo es que hay conocidas marcas de patatas chips como San Nicasio que recurren a patatas Catalán para elaborar sus productos.

Si bien es cierto que el grueso del negocio se centra en la venta de patata al canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), desde 2013 también quisieron vender directamente a particulares ya que «mucha gente nos pedía un lugar donde comprar nuestras patatas ya que no servimos a supermercados». De esta forma, surgió su propio canal ecommerce que está disponible en mentta.

¿Por qué la patata agria es única?

Hablar de Patatas Catalán es hablar de una variedad concreta de patata, la agria. Cosme explica que «es una variedad no autóctona que llegó a nuestro país de Holanda tras la adhesión de España a la CEE (Comunidad Económica Europea). Esto supuso un gran avance ya que la calidad de la patata española por entonces no era la deseada».

Bajo el eslogan «la mejor patata para freír del mercado», Patatas Catalán vende esta variedad asegurando que la patata agria tiene la virtud de absorber el aceite lo necesario para que queden doradas y crujientes por fuera y tiernas por dentro. Muchos chefs profesionales recurren a la patata agria no sólo para freirla sino también en guisos o cocidos.

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¿Cómo conservar adecuadamente las patatas?

El elemento diferencial es que la patata agria de Catalán está disponible durante todo el año al mismo precio. «Es una variedad que no tiene sustituta. Permite su cultivo durante todo el año y su almacenamiento en condiciones de temperatura y humedad controladas sin perder ninguna de sus cualidades».

Patatas-catalan

Precisamente con la idea de conservar adecuadamente los tubérculos, Patatas Catalán envía al cliente en todos sus pedidos el género dentro de un packaging especial que en palabras de Cosme, «mantiene la humedad relativa alta –lo que necesita la patata– y es hermética, para que se puedan sacar las patatas que se necesiten y volver a cerrar la caja de nuevo.

Por último, el director financiero de la empresa adelanta que están trabajando con diferentes agricultores para lanzar una línea ecológica de patatas de la variedad agria. En cuanto comprueben que cumplen sus rigurosos estándares de calidad, será posible disfrutarlas también. De momento, están disponibles sus ya conocidos packs de 5 y 10 kg de patata agria en mentta.

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