La almeja babosa gallega ( Venerupis pullastra) comenzó a cultivarse, como otras especies, en la mitad del siglo pasado. Se distingue de otras especies porque sus sifones están adheridos a lo largo. Es una de las tres especies autóctonas, junto a la almeja rubia y la famosa almeja fina.
Una buena forma de distinguirla de la almeja fina es comprobando la bisagra: la almeja babosa presenta dos manchas oscuras junto a ella. Su superficie es más lisa que en la fina, que suele mostrar líneas marcadas en un patrón cuadriculado.
Su fragilidad limita las posibilidades de exportación, comparadas con la resistencia fuera del agua de la almeja fina, sin embargo, las cualidades organolépticas de ambas especies son muy similares. La almeja babosa es una excelente alternativa gastronómica a la almeja fina, y puede prepararse con las mismas recetas. Por su tamaño, la receta ideal para disfrutar el sabor de la almeja babosa es a la marinera. También sirve para preparaciones con arroz o fideos.
La almeja babosa gallega es de una calidad similar a la almeja fina, aunque ésta es más pequeña y un poco más delicada ya que aguanta menos tiempo fuera del agua. También presenta un sabor y una textura similar a la de la almeja fina por lo que podremos realizar las mismas recetas con ambos moluscos, por lo que la almeja babosa gallega hace que calidad en relación al precio sea muy buena. Si la quieres distinguir físicamente en el color y su concha:
- Fíjate en su color ya que presenta un color entre gris pálido y crema.
- La concha tiene unas líneas concéntricas menos marcadas que la fina. No presenta líneas radiales.
Es recomendable conservar este tipo de almeja en la misma malla en la que las adquirimos, pues al estar apretadas entre sí, evitaremos que estas se abran y por lo tanto aguanten más tiempo en nuestras neveras.
Cada kilo de almeja babosa gallega contiene unas 60 piezas y se calcula para unas4 personas.
